Por Adriana de la Cruz de Zabal (*)
Barrios Constitución,17 de octubre, Don Jorge, Viñas1, Viñas2, Viñas 3 en todos como en una saga se repite el mismo baldón.
Nos internamos en algo que parecía una mísera aldea de un país que no es el nuestro.
Los techos de las casillas eran en su mayoría tachos de 200 litros abiertos. Una empalizada de cañas torcidas hacía las veces de cerco divisorio con la de al lado. No hay luz, no hay agua, no hay cloacas en el asentamiento 100 viviendas San Jorge. Sobreviven aquí unas 500 personas , hacinadas ,en condiciones de pobreza extrema.
La mujer nos invita a entrar ,el techo se puede tocar con la mano, aún hay agua de lluvia que forma una panza enorme en la chapa negra que sirve de techo .Las paredes son un collage de cartones y materiales en desuso, en el piso de tierra hay una chapa con brasas encendidas en las que se apoya una lata que sirve de olla, el humo ha ennegrecido todo .
No existe la mesa, no hay sillas ,tal vez porque no existe el hábito de comer.
No es un caso, son muchos ,no es alguien son personas, no es una historia son cientos . Se pueden cuantificar, pero cada una de ellas es única , tienen voz y no siempre los escuchan.
Sufren y pelean por sobrevivir todos los días. Alguien ejerce violencia física o verbal sobre ellas todos los días. Conviven con el delito, del que también son víctimas. La droga hace más estragos entre estos adolescentes y jóvenes pobres debido a que tienen menos posibilidades de asistencia o contención.
Muchas de esas niñas son madres a edad muy temprana, y no pocas veces esto es producto de una violación. Hay niños indocumentados, mal nutridos y una inusual cantidad de discapacitados. Hay ausencia de controles, agua contaminada, escaso o nulo apoyo de asistentes sociales, abandono, y hasta un barrio fantasma (supuestamente construido) del cual sólo hay un cartel que lo promete.
Capital del citrus, donde debería perdurar el aroma de los azahares y solo permanece la miseria de muchos “trabajadores de la fruta” poseedores de unos pocos mendrugos para llevarse a la boca.
Donde debería brillar la tierra naranja, solo descollan las escaras supurantes de pobres personas postradas que aguardan impacientes, un tratamiento adecuado.
Han pasado nueve horas de recorrido intenso, nos despiden con amabilidad, me preguntan si esperaba encontrarme con todo esto. Les soy sincera, estoy conmovida , estas personas sólo viven a unos minutos de la Municipalidad de la ciudad Concordia, cuna de varios gobernadores entrerrianos .
Elisa Carrió - La Emilia 25/11/2001
(*) Ex convencional constituyente. Presidenta de la Coalición Cívica ARI de Entre Ríos
*Fragmento informe sobre apreciaciones del recorrido por barrios de Concordia con integrantes del Movimiento Social “Solidaridad y Esperanza” e integrantes de la Defensoría del Pueblo de la Nación.
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